martes, 6 de abril de 2010

RBC, un camino para avanzar hacia el Desarrollo Inclusivo

RIADIS/EDITORIAL

Entre los días 3 y 5 de marzo del año en curso, se celebró en la ciudad mexicana de Oaxaca, el Segundo Congreso Continental de RBC (Rehabilitación basada en la comunidad).

Cientos de personas en representación de instituciones públicas relacionadas con la materia, de ONG, de Universidades y de entidades internacionales, se congregaron para reflexionar y debatir sobre acciones e iniciativas orientadas al fortalecimiento de esta estrategia, que ha ido ganando fuerza y terreno en nuestra región latinoamericana.

La RBC dio sus primeros pasos como una estrategia para llevar procesos y acciones rehabilitatorias a comunidades remotas y marcadas por la pobreza. Esta estrategia inicialmente impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Posteriormente, ganó otros aliados al sumarse a su impulso, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, en sus siglas en idioma inglés). Esta posición conjunta fortaleció el modelo y lo hizo más integral.

En el último período de su desarrollo, la RBC fijó su norte en la inclusión social de las personas con discapacidad y la realización efectiva de sus derechos humanos. De esta manera, esta estrategia se orienta hoy hacia la implementación efectiva de la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, en nuestros países y, especialmente, en comunidades rurales y urbanas, donde se ha anclado la acción de la RBC. Esta fue una de las importantes reafirmaciones del Congreso de Oaxaca.

Hay que recordar que la Convención de la ONU está compuesta por una triada que incluye la no-discriminación, los derechos humanos y el desarrollo social. Valga subrayar que ningún otro tratado de derechos humanos del Sistema Universal, tiene un desarrollo tan fuerte en el tema del desarrollo como esta convención, que emerge en los albores del Siglo XXI.

Hemos entendido el Desarrollo Inclusivo como el proceso mediante el cual se diseñan e implementan, en forma efectiva, acciones y políticas públicas para el desarrollo socio-económico y humano, que aseguran el fomento de las capacidades y la igualdad de oportunidades y derechos para todas las personas, independientemente de su condición social, su género, edad, condición física o mental, su etnia, religión, opción sexual, etc., en equilibrio sustentable con el ambiente. (IIDI, 2005).

Observamos asimismo que el basar el desarrollo en la comunidad es un muy buen camino para alcanzarlo. Pero para ello, es imprescindible el compromiso del Estado, a través de sus instituciones; la participación activa y consciente de la comunidad y, por su puesto, de las personas con discapacidad, participando y desarrollando su liderazgo.

Visto desde las comunidades y desde las personas con discapacidad que las habitan, la RBC es una oportunidad para la avanzar hacia la inclusión social, a partir de una adecuada atención de la salud, de la rehabilitación, del acceso a la educación y al empleo, de la accesibilidad al entorno físico, del acceso a la información y la comunicación, del impulso de la participación activa y organizada. Esto queda bien reflejado en la matriz de RBC, tanto en sus componentes principales (salud, educación, medios de subsistencia, social y fortalecimiento) como en los elementos claves, que constituyen tales componentes.

Lo bueno de esta estrategia, en su dimensión actual, es que es para el desarrollo de la comunidad, incluyendo –claro está—a las personas con discapacidad. No es una estrategia para el desarrollo aislado de las personas con discapacidad. Eso la hace potencialmente más fuerte.

Ahora bien hay algo muy importante que hay que recalcar: Esta estrategia, vista desde la perspectiva del Estado y sus instituciones, puede representar una gran oportunidad para atender las necesidades de las personas con discapacidad, en su comunidad y con el apoyo activo de esa comunidad. Lo que hace que la inversión social se pueda potenciar más y lograr mayores resultados e impacto.

En el desarrollo de esta estrategia se pueden construir sinergias muy productivas entre comunidades, organizaciones de personas con discapacidad, ONG relacionadas con la materia, profesionales, Universidades, entidades y agencias cooperantes internacionales, pero es imprescindible la participación del Estado, cumpliendo con sus obligaciones ante sus comunidades y ciudadanía.

En este punto es oportuno recordar que los derechos de las personas deben ser vistos como obligaciones de los Estados. No es correcto, ni apropiado que se impulsen iniciativas de RBC sin la participación activa y responsable del Estado. Ya que de esta manera, el Estado estaría delegando en entidades privadas o internacionales, su ineludible responsabilidad de hacer efectivos los derechos humanos, en este caso, los derechos de las personas con discapacidad.

La RBC es un buen camino para avanzar hacia el Desarrollo Inclusivo de las comunidades y de las personas con discapacidad, pero debe cumplir con este requisito de la participación de las instituciones públicas, cumpliendo con todas sus obligaciones, muy especialmente, las relacionadas con la asignación de recursos.

Vimos en Oaxaca un movimiento de RBC, con ímpetu, mística, compromiso y con un enorme potencial de desarrollo. Como organización latinoamericana, que congrega a organizaciones de las que forman parte personas con distintos tipo de discapacidad y familiares, tomamos nota de la importancia que tiene esta estrategia en la lucha contra la discriminación y la pobreza asociada a la discapacidad. Es seguro que esta convergencia temática se convertirá en acciones de trabajo común.

Valoramos también muy positivamente el compromiso de este congreso de contribuir a divulgar la Convención y promover la capacitación de sus contenidos. En la RIADIS, somos plenamente conscientes que este es una herramienta fundamental para hacer avanzar los derechos de las personas con discapacidad. Es por ello que hemos venido trabajando tan fuertemente en esa dirección y con seguridad, nos encontraremos con iniciativas y esfuerzos, que desarrolle el movimiento de RBC. Asimismo habrá otros muchos puntos de agenda, en los cuales deberán de converger nuestros esfuerzos unitarios.

Saludamos igualmente la firme determinación, puesta de manifiesto en el “Manifiesto de Oaxaca”, de “trabajar en la constitución de una red continental de RBC, así como en el desarrollo y fortalecimiento de redes y grupos de discusión e intercambio en el ámbito local y nacional”. Desde ya le auguramos el éxito a esta iniciativa y manifestamos nuestra disposición de apoyar este esfuerzo constructivo y alentador.

Por último, la RIADIS desea felicitar al Comité Organizador, que hizo posible, gracias al intenso trabajo desplegado, que este congreso continental alcanzara el éxito que se refleja en sus intercambios e ideas, y en sus compromisos, de cara al presente y el futuro. Igualmente, deseamos felicitar a nuestra querida compañera, Flavia Anau, quien desde su labor abnegada en Piña Palmera, hace florecer las esperanzas de muchas personas y que fue una activa integrante del Comité Organizador.

El próximo congreso, a celebrarse en el 2012, tendrá como escenario de trabajo, a Bogotá, la capital de Colombia. Es nuestro deseo que arribemos a esa nueva estación del desarrollo de la RBC, con un movimiento más fuerte y con mayores logros, que hagan que más personas con discapacidad disfruten de las bondades de un desarrollo incluyente, más justo y democrático.